Pintura de Guido.
Los caprichosos dioses dan pábulo a deliciosas historias o fábulas que, ocultas a los ojos del viandante, adornan su vagar. Encontramos una, de tantas como hay en Madrid: la estatua de La Diosa Cibeles, en su famosa fuente escenario de celebraciones de todo tipo y, últimamente, de índole futbolística. Allí se reúne la «hinchada» a celebrar el éxito de su equipo favorito y se ha llegado a un punto que las autoridades municipales han tenido que afinar los cuidados para que no se convierta la celebración en una bacanal a manos de la «afición» futbolera.
Y es que hay cuidar ese grupo escultórico, tan madrileño,no sólo por el valor artístico; obra de estilo Neoclásico que se realizó siguiendo bocetos de Ventura Rodriguez, a manos de varios autores como, Francisco Gutierrez , sino también, y eso es lo que menos se sabe, porque encierra en en los elementos que la componen, sobre todo en sus dos leones, una hermosísima leyenda: los leones son Atalanta e Hipomenes, dos bellos amantes que por ΗΙβΡηΣ (hibris=soberbia),que mostraron desobedeciendo a la diosa Cibeles ( fornicaron en su templo),fuero castigados por la diosa a no verse de frente jamás. Observamos que los dos leones están mirando uno para cada lado.
No sabemos si la intención de tal leyenda es moralizante; aleccionadora o de otra índole. Pero es bellísima , como todas las historias mitológicas. Bellas y terribles
Exquisito y resonante.
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Gracias psico!
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